Siempre digo que, lo mejor de los wargames son las películas que interiormente nos montamos. Conseguimos con un puñado de miniaturas y un tablero, crear una súper producción que, ni los mejores directores de Hollywood hubieran soñado con ella.
Es verdad que, algunos tenemos más imaginación que otros. Y donde algunos ven simplemente una partida de Bolt Action, otros vemos Salvar al Soldado Ryan 2.0. Y la mejor manera de dar vida a esas versiones alternativas de Hollywood, es la de reproducir a posteriori la partida.
Ya sea en video o por escrito, somos muchos los que admiramos a todos esos freaks que, nos llevan hasta sus partidas de una manera que, hasta te da por pensar que estuviste allí. Con todo pelo de señales, y a veces hasta con cierto toque novelístico, nos hacen vivir la emoción de cada tirada de dados.
En mi caso, soy de los que se monta sus propias películas cuando está tirando dados, pero tras ello no suelo plasmarlo en el tipo de relatos de los que hoy te hablo.
El año pasado conocí a Rikark. Un tipo que se animó a jugar en la primera edición de la liga Factory (War is Over) y que, de una manera espontanea y divertida, nos hacia llegar a todos los “report” de sus batallas.
Fue tal su implicación que, se convirtió en el ganador del premio al mejor cronista de la liga Factory. Pero Rikark no se detuvo, y tras el comienzo de la segunda edición de la liga Factory (War Dogs), ha vuelto con más fuerza que nunca. Tanto que, en el torneo TANKS BCN, que tuve el placer de organizar en 3DD3 el pasado 17/12/22, Rikark se coronó como el as de carros del evento.
Pero, además de ser aquel día el titán entre titanes, hizo la que, para mí es su mejor crónica hasta el día de hoy. Por eso quiero compartir contigo tanto arte y que, compruebes que tipo de corresponsal de guerra es Rikark.
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